martes, 27 de septiembre de 2011

INTERROGANTES SOBRE LA QUEBRADA BOLA DEL CONDE

Ver Er Conde Jones, mamarrachada fílmica ya vaticinada por aquellos que algo saben de este oficio, y cuyas expectativas no auguraban nada más allá de lo comercial,era de esperarse de un Benjamín Rausseo, quien se ganara la fama con un personaje tomado del estereotipo del oriental venezolano.

Ahora. Ya estimado el escenario, voy por la curiosidad crítica para hacer la correspondiente revisión a la película que se perfilaba como la más taquillera de los últimos tiempos del cine venezolano, superando a La Hora Cero de Diego Velazco, que ya es decir. He aquí mis dudas.

¿Fue esta película uno de tantos golpes a la expectativa del venezolano? ¿Se les advirtió que el señor Rausseo muy poco dejaría de su personaje en dicha película? No digamos tanto por las palabras altisonantes, sino por la falta de tino en comedia. ¿Qué podemos recoger de esta experiencia? ¿A dónde van personajes como Chaplin, Cantinflas, o aquellos varios que interpretara Peter Sellers? Tampoco hay que pedir tanto, pero siendo yo, por lo menos apuntaría a trascender.¿Qué será de la vida de aquel disco de boleros que hiciera el señor Rausseo? ¿Vendrá en la edición especial del DVD de esta película? ¿Qué pretendió hacer El Conde del Guácharo? ¿Incursionar en un buen negocio como el cine a fuerza de buenas intenciones? ¿Es el cine un arte basado en las buenas intenciones? ¿Qué tan bien fue “diseñado” Er Conde en la película, que le permitiera al espectador medio distraerse de tanta incongruencia? ¿Tenía hambre Er Conde al comerse tantas elipsis? ¿Dónde estaba el hilo argumental que no le permitió entregar una comedia decente o que por lo menos diera las risas que dan algunos de sus muy conocidos espectáculos en vivo?

Puedo comprender que quien no sabedel oficio y lo asume como quién entiende al cinetal cual una bodega o un expendio de empanadas, haga algo poco cónsono con lo del arte, siempre tan subjetivo. Pero hacer una película en detrimento de un personaje que le ha dado muchísimo al señor Rausseo, que ni siquiera tiene la intención de devolverle el precio de la entrada a la gente, pues son pocos los momentos hilarantes de la misma, eso roza en la estupidez. De allí que esas cifras que rompieron record de taquilla en su primera semana, se desplomaran en la segunda en casi un 50 por ciento. ¿Será que los venezolanos estamos aprendiendo?

J. Gregorio Maita

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