jueves, 1 de septiembre de 2011

DEL ASCO AL BLANCO Y NEGRO

Es fácil entender que, dentro de los gustos de la gente, exista, quien por moda, falta de costumbre, o simpleza estilística, termine por definir a tan primario contraste, que por muchísimos años inundó el cine con las más soberbias propuestas, llenas de esplendor y llamativa prestancia, como la base fundamental de lo que terminó magnificándose con el Expresionismo Alemán.
Pero sin detenernos en los caminos de aquella forma hermosa que la fotografía sembró en la pantalla grande, cuando hablamos de Blanco y Negro, hablamos no de viejo, no de arcaico, no jalamos las gavetas del anticuario para sacar de allí algún armatoste viejo y derruido, sino de una de las motivaciones estéticas que hacen del cine un arte.
Ver películas como Persona de Bergman, Dr.Strangelove o Senderos de Gloria de Kubrick, Sed del Mal de Welles,El Hombre Elefante de Lynch,El Hombre que nunca estuvo Allí de los hermanos Coen, o La Lista de Schindler de Spielberg, que teniendo la posibilidad de ser pintada con la paleta del arco iris, decidieron, por nostalgia, y más que todo, por valor al artístico del primigenio contraste, hacerlas bajo este esquema, con el temor y las fobias que el comercio normalizó sobre el espectador medio.
El Blanco y Negro no es un insulto a la modernidad, es una remembranza a lo bello de rostros como Ingrid Bergman y Marilyn Monroe, es un viaje a los tiempos cuando veía televisión con mi abuela y reía a carcajadas con Cantinflas en películas brillantes como Ahí está el Detalle. Es reencontrarnos con dos de las victorias más grandes que hemos tenido en la historia de nuestro cine, como lo fueron Araya y La Balandra Elizabeth llegó esta Tarde, ambas reconocidas en el Festival de Cannes.
Está en la manera de ver a nuestros medios el extravío de la valoración. El transporte público de Ciudad Guayana lo testifica al maltratar a nuestros viejos. Y más allá, la lección para los nuevos cineastas que se atrevan, a pesar de la mala taquilla. Porque es que comprendernos en grande, significa buscar más allá de las apariencias, porque es en la pulpa, donde está el gusto de los cinéfilos.


J. Gregorio Maita

2 comentarios:

  1. Sería una groseria de mi parte decir algo después de tus palabras. Todo lo demás sobra.

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  2. Yo siento rabia física cuando mi gente cercana habla mal del cine a blanco y negro. Y la más pura arrechera cuando son extraños quienes lo hacen. Claro, uno tampoco puede ser extremista, ahí es donde uno tiene que educarlos. Creo que te ganaste un nuevo lector. Dale las gracias a Karla por eso. :)

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